(Recordando con mi esposa Pili, nuestra vida)
Que te pararan mi Cristo,
hace ya muchos años
mi esposa y yo decíamos
que te pararan a nuestro lado.
En tu Calvario te llegó la hora,
cerramos los dos los ojos
y al abrirlos lentamente
frente a frente te vimos,
allí estabas Tú, Nuestro Cristo,
con toda Azuaga presente.
Así comienza la historia
de este Jueves Santo,
sentados en este mismo poyete
que hasta que Tú quieras,
te tendremos frente a frente.
Te pararon, te pararon,
Azuaga quiso pararte
lo que sentimos
en aquel momento
Pili y yo no sabíamos explicarte.
Fue como un sueño
cuando miramos bajo el Paso,
y pudimos ver a los Costaleros
apretándose en los varales.
Si eso fue un sueño,
no quisiéramos despertarnos.
Cómo explicarlo,
de pronto se hizo el silencio
que fue muy agradable,
solo se oía el crujir
de los varales, cómo explicarlo.
Aquí nos tienes a los dos
mirándote frente a frente,
apretándonos los ojos.
Eres la Luz que en esta noche
nos estás alumbrando a todos.
Fue tu mirada
la que desató nuestro llanto,
tuvimos que apartar nuestro ojos
para poder seguir rezando.
Aquí nos tienes con tristeza en Azuaga
porque a Pili te la llevaste contigo,
al mismo tiempo con alegría
porque sé que junto a Ti está viva.
“Nosotros, mi esposa y yo estamos en la Plaza del Cristo del Humilladero, esperando que nos reúnas pronto a los dos. Santísimo Cristo del Humilladero, Tú que sabes esperar no nos ocultes más tu rostro”. AZUAGA. SEMANA SANTA 2025.