Transcurridas varias semanas desde que el Sr. Pedregosa fuera desbancado como primer edil de Peñarroya-Pueblonuevo, y con ello la gobernanza de la izquierda peñarriblense, parece que nadie se atreve a informar, comunicar y explicar a la ciudadanía todos los entresijos que ha habido durante la gestación y ejecución de esta moción de censura. Desde PSOE e IU no se cansan de intentar demostrar la superioridad moral de la izquierda peñarriblense sobre todos y cada uno de los ciudadanos ya que sólo sus actuaciones, sus principios y su ideario político deben prevalecer sobre cualquier idea que no provenga de ellos. Se acusa a los promotores de la moción de censura de no representar la “voluntad del pueblo” lo cual es poco entendible si se miran las cifras de las elecciones municipales porque los que somos demócratas y creemos en la democracia sabemos que los votantes eligen a los concejales y son éstos los que eligen al alcalde, y así viene siendo desde que se celebraron las primeras elecciones democráticas locales allá por 1979. Las reglas de la democracia son las que son y hay que aceptarlas.
Hay que recordar que si no se aplicara la Ley D’HONT (que favorece a las mayorías) la combinación PSOE-IU sólo hubiera alcanzado 8 concejales en estricta asignación proporcional en función de los votos. Pero gracias a la Ley D’HONT un partido como IU tiene los mismos concejales que SI Peñarroya con un 3,57% menos de votos y el doble de concejales que VOX con tan solo un 0,87 % más de votos. Quiere esto decir que la formación más beneficiada aplicando las reglas de la democracia ha sido IU y gracias a ello fue posible la formación de una coalición entre la izquierda y la ultraizquierda en la primera parte de la legislatura. Aplicando las reglas de la democracia salió adelante la moción de censura y como tal hay que aceptarlo porque es LEGAL, LEGÍTIMA y, por supuesto MORAL, ya que todas las personas que la han apoyado actuaron en conciencia conforme a sus principios y sus responsabilidades para con Peñarroya-Pueblonuevo y no para unas siglas políticas como han venido haciendo desde PSOE e IU (hay que recordar que en pleno se aprobó por unanimidad que todas las reivindicaciones se hicieran como ayuntamiento, incumpliéndose por su parte).
Sin embargo desde la izquierda y ultraizquierda peñarriblenses no se ha respetado en ningún momento esta actuación y, demostrando lo poco demócratas que son (precisamente los que se auto titulan garantes de ésta), se han dedicado a faltar al respeto, a insultar, a confundir, a generar división y a provocar reacciones desmesuradas en una sociedad democrática como es la nuestra.
Hubo que vivir dos semanas de embustes, acusaciones infundadas, persecuciones personales y múltiples intentos de derrotar la moción utilizando todo tipo de ardides, empezando por las recomendaciones, continuando con la presión mediática (convocatorias supuestamente espontáneas pero seguramente dirigidas y organizadas por los directamente afectados, pintadas vergonzantes y acusaciones de destrozo de un coche sin pruebas) y finalizando con amenazas veladas en el terreno laboral y personal a algunos de los integrantes de la moción. Hablar de traición, ilegitimidad, enfrentamiento, división y rencor ha sido una estrategia para tapar los errores propios, porque no hay que olvidar que del PSOE han causado baja dos concejales (números dos y tres) y de IU uno (número dos). No ha habido ejercicio de autocrítica porque parece que esa palabra la han eliminado de su diccionario. Además todas las divisiones políticas que ha habido en la democracia peñarriblense han partido del PSOE (no olvidemos los casos de Unión Demócrata Peñarriblense y Socialistas Independientes de Peñarroya) por rencillas, rencores, envidias y disputas de tipo exclusivamente personal.
Esperpéntica fue la puesta en escena del pleno de la moción teniendo que entrar los concejales de la moción por la puerta de atrás mientras que para el resto se les reservó una entrada triunfal por la puerta principal entre los vítores y aplausos de sus seguidores que, por supuesto, no eran todos los que allí asistieron. Además el equipo de gobierno saliente reservó la primera bancada para representantes del PSOE e IU exclusivamente cuando había representantes de otros partidos que fueron relegados al resto de la sala. Constantes interrupciones en las intervenciones de los concejales pro-moción y ante las que tan sólo la señora Pozuelo intentó poner coto (sin conseguirlo), insultos y poco respeto en las intervenciones de la izquierda y la ultraizquierda y para remate el alcalde saliente criticando a todas las formaciones políticas de la moción, a la Guardia Civil, a Canal Sur, a los dos alcaldes anteriores y a todo lo que se le puso por delante. No contento con ello se despachó a la puerta en el primer acto como ex alcalde que la nueva alcaldesa era ilegítima. A pesar de todas estas provocaciones el público afín a la moción de censura (que era bastante numeroso) se comportó de manera educada, como corresponde a una sociedad madura que cree en los valores de la democracia.
Señores de la izquierda y la ultraizquierda peñarriblenses, acepten su derrota (como consecuencia de su nefasta gobernanza en 19 de meses) y si realmente quieren volver a dirigir el consistorio recuerden que en 2027 hay elecciones y que necesitan obtener un número de concejales superior a 8 (siempre y cuando la población no descienda por debajo de los 10.000 habitantes) y que esos concejales electos aguanten en la formación política durante toda la legislatura.
J. Manuel Jiménez Hernando. Vecino peñarriblense, demócrata convencido, esposo de la Concejala de Cultura, Patrimonio y Turismo y militante de VOX.