EL DIVÁN 1.0
28 de Enero de 1945 a.C, en el Viso del Alcor (Sevilla), nació la leyenda de “la vieja espartana”, proveniente del genio extremeño y el arte sevillano, se forjó poco a poco su mitología, aquel con el que se lo ganaba día a día. Desde pequeña supo muy bien cuál era su sino, el de no parar de trabajar para su familia, sin ningún tipo de rubor ni de vergüenza. Su caballo de Troya es de abrir todos los días la persiana metálica que regenta su campo de batalla. No pisó la escuela para aprender como los demás, pero eso no le hizo ser una mente privilegiada para solo saber sumar y multiplicar como los grandes matemáticos. Creadora de la cultura del trabajo, lo demuestra día a día, que no hay ninguna de las grandes empresas que pueda con ella. De la nada ha hecho un fortín que sólo ella ha hecho con sus dos manos encalladas. A los catorce años le dijeron los de su propia familia que si quería comer tendría que trabajar, a lo que acto seguido le dijo en tono afirmativo que sí, ese sí sigue hoy latente, porque no para ni un solo minuto para descansar, todos los familiares sabemos por qué lo hace, por eso sobre estas líneas quiero homenajearla, porque se lo merece, lo hago con todo el respeto que se merece “la vieja espartana”, su mayor seguidor, su debilidad se pone ahora mismo a la altura de sus pies, esos píes que quieren seguir sus pasos. “La vieja espartana” es así, tan infinitamente grande como las lanzas y el escudo humano que forma ella para que su familia esté protegida. Su vida es el trabajar y más trabajar, no tolera que nadie le pise su terreno, no forma parte de su ideología que nadie se lleve su sudor. En su adolescencia se fue formando en una de las mejores universidades que es la calle, por las mañanas en la plaza vendiendo y por las tardes en la tienda de su padre en la calle Marina número 11, lo que hoy es en la actualidad una cochera. Bien entrada en años, se cimentó su tienda actual y su casa contigua, ella bien sabe lo que costó hacerse ese imperio de lo que hoy en día ella defiende a capa y espada. Sus cuatro sobrinos que ella más ama, le tendrán siempre en el recuerdo, por todas esas infinidades de actos de servicio que les ha brindado siempre y que actualmente hace todavía. Mujer trabajadora número uno, sin más, auténtica “pasionaria” de su profesión, amante del buen hacer artesano, todavía le queda mucha tela por cortar, el día que se nos vaya, no sólo nos vamos a quedar huérfanos de una tía, nos vamos a quedar huérfanos de una segunda madre, porque ella nos cuida como tal.
Ella no se pudo casar por circunstancias de la vida, no porque ella no valiera, sino porque tenía que cuidar y sacar adelante a los suyos, cuando ella cierra todos los días su fortín se forma tal eclipse que forman ráfagas de estrellas en la luna. Agustín y Andrés saben de primera mano de qué pasta está hecha “La vieja espartana”. Respaldada por la Virgen del Rosario, por su santa Real Iglesia Matriz, esconde los entresijos de su devoción y protegida por la iglesia de “El Salvador” donde por sus recovecos respira por sus cuatro costados. He citado anteriormente que ella no había pisado la escuela porque antes primaba su familia, pero a su familia les brindó la oportunidad de estudiar, otra cosa es que no le hayamos seguido sus consejos al completo todos sus sobrinos, pero ella siempre nos ha guiado por el buen camino, ese camino que ella bien sabe cuál es para alcanzar el éxito. Ese éxito que está a tan sólo un paso de alcanzar la gloria. Ahora a su vejez da lecciones todavía, como Jesucristo daba a sus discípulos, ese pasaje de multiplicar los panes y los peces, obró el milagro, como ella hizo con su propia vida, obrar el milagro de una humilde trabajadora, desde que se levanta hasta que se acuesta. Por sus actos siempre la vamos a recordar, como también por la pasión que pone cada día a su gremio. Podía ahora descansar con su paga de jubilada, pero ella piensa morir como lo hizo “el Che Guevara”, con las botas puestas. Nadie puede seguir su ritmo, lo más jóvenes no se acordarán de ella, pero estará su familia para honrar su nombre de por vida, su legado tiene que quedar intacto, limpio como lo ha llegado a quedar ella. En los malos momentos ha estado ella ahí para consolarnos a todos nosotros, cual loba amamanta a sus cachorros e incluso muerde, si se le toca a cada uno de ellos. Por eso no cabe ninguna duda de que su instinto maternal lo ha tenido siempre, como si nos hubiese parido ella. Por eso tenemos que hacerla respetar siempre, honrarla y tributarla todo tipo de homenajes, aunque se nos quede pequeño porque su labor hacía su familia no hay dinero que pueda pagar lo que ella está haciendo por sus familiares, por eso cuando este sobrino que está escribiendo esto, llegado el momento que ella desaparezca algún día, siempre la recordará cuando pase por la tienda y vea la ventana por donde ella mira para ver qué pasa en el mundo al otro lado del imperio donde yace ella. ¿Qué nos queda más por hacerle en vida?, todo lo que se le haga quedará en bien poco para lo que representa para los suyos su figura.
En su rostro no existe la decadencia del pasar de los años, sino signos de fortaleza y entereza en saber bien encajar los golpes bajos, todos nosotros formamos alrededor de ella nuestra fuente de energía, tomamos de ella nuestros mejores nutrientes para vivir nuestro día a día. Pasó desde muy joven de ser niña a mujer y por eso siempre ha sabido ser responsable tanto para sus negocios como para su familia, ha sabido distinguir lo profesional de lo personal desde que le salieron los primeros dientes, “la vieja espartana” es puro catecismo idolatrado para los que la conocen desde muy cerca. Colabora con lo que a ella le plazca, es así de radical, no le gusta lo políticamente correcto para nada, se sabe muy bien las bases del juego antes de entrar a jugar, otro síntoma de que con ella no se juega. Madre de todos a los que a ella se arriman para buscar su ayuda, ella escucha a todo aquel que se le acerca con problemas. En la vida te encuentras con personas altamente cualificadas con las que gusta entablar conversación, pero con ella se puede trabajar y a la misma vez saber que con ella el mundo es mucho más fácil, sabiduría e intuición corren por los poros de su piel, nunca te va a pedir nada, ella te lo ofrece a cambio de que le des su cariño, por eso su sombra siempre será alargada para todo aquel que le quiera seguir sus pasos. Con ella se acabará toda una vida en el mismo sitio, pero comenzará otra que será en llevar su nombre si puede ser por todos los rincones del mundo, es digno de estudio, podía vivir ya de las rentas, pero ella no afloja, sigue remando con el viento en contra o a favor, no lo dudéis nunca, ella vive por y para su profesión y su familia, esos son los dos pilares en los que ella se apoya para seguir dándonos a todos lecciones todos los días, desde la letra a hasta la z, todo el abecedario lleva la firma de “la vieja espartana”, inacabable como aquella aventura de “Sebastián”, por eso las campanas de la iglesia de “El Salvador” retumbarán hasta en las vidrieras el día que ella tome rumbo hacía su paraíso, sus lágrimas han sido consejos para los suyos, sus sonrisas confidencias para todos, su vida ha sido trabajo, trabajo y más trabajo, las ordenes de su padre era su cumplido catódico, tenía que espabilarse desde muy pequeña para salvarle las castañas del fuego, tanto a su padre como a su familia, tenaz como la fría noche, dura como la arrancada del día, permanente como la soledad, ella nunca ha tenido tiempo para ella, pero sí para los demás, por eso se merece todo esto que aquí estoy concibiendo, nadie de los nuestros seríamos lo que hoy somos si no fuera por ella, por “la vieja espartana”, mataría por nosotros, pero aniquilaría si le pasase algo a alguno de los nuestros, “el padrino” elevado al cubo.
Siempre la recordaremos como “la faraona” también, por sus rasgos parecido a “Lola Flores”, por eso y por miles de cosas más estaremos siempre eternamente agradecidos a ella. Por sus hazañas se puede analizar que nada ha podido con ella, ni los molinos gigantes, ni las grandes empresas de alimentación que existe en la antigua “Esparta”. Sabe todos los idiomas e incluso aquel que se sabe en la calle, se lo sabe de maravilla, el del trueque y el de la “ruta de la seda”, todos se han rendido ante su semblante sereno y arraigado a los momentos actuales, sacando lo mejor de ella en sus peores momentos, la han convertido en lo que a ella se refiere, “que su orgullo no se lo quita nadie”, así se lo hace trasladar a su familia, para que coja de ella todo ese ejemplo de cómo se debe vivir, sin grandes alardes ni golpes de pecho, simplemente manteniéndose siempre en el mismo lugar, ni más ni menos, ni menos ni más. Sus recuerdos de infancia fueron efímeros, como los de su adolescencia, nunca la tuvo, pero se hizo de su sacrificio su santa bendición, no podemos dejar caer en vano su sacrilegio de vida, hay que llevarlo a gala por todas partes, porque ella nunca dejaría caer a ninguno de los suyos. En un tramo crucial de su vida se la jugó a todo o nada y salió vencedora, a lo largo de su vida ha probado los sinsabores, esas ganas de poder retomar una vida más placentera, pero de nada supo clamar al cielo, solamente una vez más agachó su cabeza y prosiguió con la vida de una etnia que jamás se va a extinguir, la espartana. Es de esa clase de raza ruda, que nadie ni nada va a poder contra ella, de bote pronto supe lo que “la vieja espartana” significa para mi vida y la de nuestros familiares, le consiguió a su padre un gran bienestar mientras vivió, su madre murió repentinamente a los sesenta años, dejando huérfanos a dos hermanos y una hermana pequeña junto a ella, que cogió los hilos de esa familia. Su vida más cercana a la “novela picaresca”, porque de hecho ella es muy pícara, no se le van ni uno de esos detalles que únicamente los genios pueden ver, de pequeña hubo uno de esos episodios de picaresca, su padre no se daba cuenta que le estaban robando, haciendo un juego parecido a la ruleta rusa le dijo a su padre, “papa nos están robando, no te das cuenta”, de repente su padre se dio cuenta que era verdad, que la niña llevaba razón y de repente se llevó un “chorro de hostias” que ella nunca olvidará. En su juventud valía mucho, por ello se llevaba de calle y se lo sigue llevando a todos sus clientes, de ella hemos aprendido la constancia y el trabajo, más el sacrificio que es de llevar un negocio, el de no parar ni un segundo, el de no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Lecciones y más lecciones nos da cada día con la entereza de cómo sabe llevar sus penas para adentro y sacar su mayor sonrisa de cara al público. Pasión y más pasión infinita que le tiene a los comerciantes, sabe tejer su maraña día a día, defensora número uno de que las mujeres pueden progresar al mismo nivel que los hombres, defiende sus intereses al igual que lo hacen los grandes empresarios de este país, más de una lección le daría a los grandes cargos ejecutivos y también político que es la austeridad, es decir vivir con lo justo, ella es feliz viviendo así, viendo a los suyos que están bien. No hay precio más altivo a lo que lleva haciendo con nuestra familia todos los días del año, nuestro dolor es su dolor, prueba de ello tenemos a raudales, se siente identificada con los sentimientos pertenecientes a nuestra familia, la hemos visto reír y llorar por nuestros logros o fracasos, siempre ha estado ahí, mostrándonos su aliento, por eso su grandeza se alarga como su leyenda. Otros episodios vividos por “la vieja espartana”, era ver cómo ha estado trabajando incluso con los tobillos hinchados y la rodilla inflamada, digno de connotaciones que si de a de ir a la guerra, se va incluso como se tiene que ir si es preciso, a dejarlo todo por la patria, como si se ha de dejar la misma vida en ello. Ahora ya que podía estar en unos de esos lugares donde van las grandes divas, de relax, ella prefiere estar como ha estado toda su vida, dejándose todo por los suyos, viendo cómo las campanas del campanario dan las horas, ver cómo corretean los niños por el parque, ver cómo cada día nace uno nuevo y cae la noche y ella sigue ahí al píe del cañón, soportando el frío y el calor, la lluvia y el sol, pero ella nunca cambia de estación, sigue de píe con su lanza de resistencia, para alarde de los demás, dejando impronta su sello de dignidad y honradez a la hora de cerrar su caballo de Troya, que es la persiana metálica.
¿Cómo serán sus últimos días de vida de “la vieja espartana” ?, ella bien lo sabe, lo describiría con un cerrar de ojos, la veo entregándose en cuerpo y alma a los suyos, hasta que diga el tiempo se acabó, cierre sus ojos y de paso, pase su legado a sus cuatro sobrinos, que son para ella las patas de esa mesa que sustenta su gran imperio, hecho a base de esfuerzo, trabajo y dignidad, nada más por eso “la vieja espartana” siempre será eterna.
Pasionaria – Miguel Hernández- Viento del pueblo
Moriré como el pájaro: cantando,
Penetrado de pluma y entereza,
Sobre la duradera claridad de las cosas.
Cantando ha de cogerme el hoyo blando,
Tendida el alma, vuelta la cabeza
Hacia las hermosuras más hermosas.
Una mujer que es una estepa sola
Habitada de aceros y criaturas,
Sube de espuma y atraviesa de ola
Por este municipio de hermosuras.
Dan ganas de besar los pies y la sonrisa
A esta herida española,
Y aquel gesto que lleva de nación enlutada,
Y aquella tierra que de pronto pisa
Como si contuviera la tierra en la pisada.
Fuego la enciende, fuego la alimenta: fuego que crece, quema y apasiona
Desde el almendro en flor de su osamenta,
A sus pies, la ceniza más helada se encona.
Vasca de generosos yacimientos:
Encina, piedra, vida, hierba noble,
Naciste para dar dirección a los vientos,
Naciste para ser esposa de algún roble.
Sólo los montes pueden sostenerte, grabada estás en tronco sensitivo,
Esculpida en el sol de los viñedos.
El minero descubre por oírte y por verte
Las sordas galerías del mineral cautivo,
Y a través de la tierra las llevas hasta tus dedos.
Tus dedos y tus uñas fulgen como carbones,
Amenazando fuego hasta a los astros
Porque en mitad de la palabra pones
Una sangre que deja fósforo entre sus rastros.
Claman tus brazos que hacen hasta espuma
Al chocar contra el viento:
Se desbordan tu pecho y tus arterias
Porque tanta maleza se consuma, porque tanto tormento,
Porque tantas miserias.
Los herreros te cantan al sol de la herrería,
Pasionaria el pastor escribe en la cayada
Y el pescador a besos te dibuja en las velas.
Oscuro el mediodía,
La mujer redimida y agrandada,
Naufragadas y heridas las gacelas
Se reconocen al fulgor que envía
Tu voz incandescente, manantial de candelas.
Quemando con el fuego de la cal abrasada,
Hablando con la boca de los pozos mineros,
Mujer, España, madre en infinito,
Eres capaz de producir luceros, eres capaz de arder de un solo grito.
Pierden maldad y sombra tigres y carceleros.
Por tu voz habla España la de las cordilleras, la de los brazos pobres y explotados,
Crecen los héroes llenos de palmeras
Y mueren saludándote pilotos y soldados.
Oyéndote batir como cubierta
De meridianos, yunques y cigarras,
El varón español sale a su puerta
A sufrir recorriendo llanura de guitarras.
Ardiendo quedarás enardecida
Sobre el arco nublado del olvido,
Sobre el tiempo que teme sobrepasar tu vida
Y toca como un ciego, bajo un puente de ceño envejecido,
Un violín lastimado e impotente.
Tu cincelada fuerza lucirá eternamente,
Fogosamente plena de destellos.
Y aquel que de la cárcel fue mordido
Terminará su llanto en tus cabellos.
Posdata: “La clave para ser un guerrero o una guerrera es no tener miedo de lo que eres” (FRASE DE ESPARTANOS).
¡FELIZ CUMPLEAÑOS ROSARIO, DE PARTE DE GUADIATO INFORMACIÓN Y AZUAGA CAMPIÑA SUR Y DE TU FAMILIA!