EL DIVÁN 1.0
Sí te vas agotando y das esta batalla por pérdida, agárrate y no te sueltes de la mano que te da la esperanza. Sueña que estás en un mundo libre, lejos de todo ese ruido de sables dónde exponemos nuestras cabezas, dándole a Damocles el beneplácito para que sea cortada. Tiembla de emoción con lo que te regala la vida, brinca con la felicidad y con el orgullo que eres único y única, y que nada te influya a pesar que te quieran imponer otros pensamientos.
No entres en enredos y al que dirán. No juzgues al siervo, ni tampoco ignores a la mano que te da de comer. En pleno delirio y extasis, nos creemos estrellas, pero somos fugaces sí no sabemos ser nosotros mismos. Compulgidos y embriagados después de una coartada tras un desliz, me vuelvo a casa con una duda: ¿He sido realmente yo?
Vívimos en una selva tribial, dónde manamos de fuentes fehacientes y de bólidos ensordecedores, y la voz de la calle cada vez más indignada y enfurecida. Nunca te des por vencido o vencida, y sí te das por vencido o por vencida, piensas que tú puedes hacer que todo cambie, y ese cambio empieza por aceptarte tal y como eres y no cambiar tus principios, aunque algunos o algunas no les gusten.
¡Sé Siempre Tú!
Posdata: «Tener miedo es de prudentes, saberlo vencer, es de valientes» (SAN JUAN DE LA CRUZ).