POESÍA
La estrella andaba perdida
en su viejo movimiento,
hasta que le dio la luz
los ojitos de un lucero.
Los mares de raso azul
estaban de sucios, negros;
los mares de la conciencia,
los mares del pensamiento.
Aurora blanca. Simiente
de rubio trigo del cielo;
que viene a darnos la Vida
y entre llantos, su secreto.
Que viene a hacernos felices
donde ser feliz es veto:
entre brumas, entre prisas,
entre dioses y entre duelos.
Carita de Dios divina,
alma de amor, paz y fuego,
lágrimas de sal, maná,
ciencia de verdad y besos.
Dulce caricia de un Niño
que me lleva en mi recuerdo
a ser niño, en los brazos
de una madre que no tengo.
Ángel de heladas manitas,
clavel de pétalos tiernos,
que si ahora lloras de frío,
después morirás de fuego.