En otros tiempos, nuestro pueblo llegó a tener unos 10 médicos de familia viviendo y trabajando allí, si la memoria no me falla. Uno de ellos, Luis Serrano Infante acaba de morir a los 93 años, Don Luis, del distrito de Peñarroya.
Era hijo de otro gran médico, Don Rafael Serrano Contreras, que desde su Villaviciosa natal llegó a Peñarroya Pueblonuevo antes de la guerra civil y se afilió a la UGT. Pagó por ello, teniendo que huir a la zona roja y desde allí estar preso en el Valle de los Caídos, Madrid. Lo dejaron salir pronto porque era médico. Volvió a Peñarroya con su familia y así comenzó la dinastía de médicos de familia: primero él, luego su hijo Luis y los que vendrán.
Fueron años de penurias, luces y sombras que los Serrano vivieron en plenitud en el pueblo: Primero con muchos habitantes y luego poco a poco y cada día con menos. Eran años de amistades al fresco en las noches de verano y de charlas cómplices entre vecinos.
Luis Serrano heredó y multiplicó las igualas de su padre Don Rafael, y a la vez, se especializó en radiología y en análisis clínicos. Instaló el primer aparato de Rayos X en el pueblo. Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, venían pacientes de toda la comarca del Alto Guadiato a su consulta; la fama de buen médico se extendía y él trabajaba y trabajaba. Nos trajo de Salamanca a su Teresa, una chica preciosa, tímida y excelente persona. Juntos formaron una pareja que ha durado con amor hasta el día de hoy.
En la calle Calatrava donde vivían en la casa familiar, siempre había muchas personas esperando para la consulta de Don Luis, y dentro un hogar con mucho amor, armonía, lleno de niños, los 5 que tuvieron y los niños vecinos que pasábamos las horas allí jugando, aprendiendo y riéndonos con las bromas que Don Luis nos hacía a todos y el cariño de Doña Tere.
Destaco una anécdota de esos tiempos: En la puerta de su casa muchas personas esperando la consulta, Él saliendo hacia su coche “Dos Caballos” con mucha prisa para una urgencia, los niños vecinos jugando a hacer el pino. Nos mira con una gran sonrisa, deja el maletín de médico en el suelo, hace el pino en un instante y nos dice: “Ea, aprender” y sale con prisas hacia su urgencia.
También se fue del pueblo, como otros muchos. El ejerció la Radiología en Córdoba. Siempre volvió al pueblo, a recorrer sus calles, su antiguo casino (el de Peñarroya), a tomarse un vinito con sus leales amigos y con su fina ironía disfrutar de la cercanía y de la vida.
Su casa en la calle calatrava, también tiene personas esperando entrar a su antiguo despacho. Son otros tiempos y es su hijo Luis Serrano Polo quien soluciona con leyes los males actuales.
Hay ya otros médicos en la familia Serrano y otros que vendrán. Hoy te decimos hasta siempre Luis Serrano!
Angeles Heras Caballero, vecina y amiga de los Serrano. Córdoba 6 de Enero de 2025.
