Ahora en tiempo de Eurocopa, el símil es más que acertado. Cuando nos enrocamos o hacemos “catenacho”, ese juego tan poco vistoso de los equipos de futbol italiano, de encerrarse y aguantar el arreón del equipo contrario hasta que amaine el temporal, es la forma más certera de explicar la actuación del PSOE y sobre todo explicar la actuación del presidente del Gobierno, que están protegido por la defensa ministerial para que no se la cuelen.
El problema de esta situación no es que se la cuele a él y se caiga con todo el equipo por todo aquellos que le rodea, la supuesta actuación no legales de la esposa del presidente, los caso Koldo, los movimientos en baleares o los conflictos internacionales, sino que, de manera indirecta, somos los españoles los que nos vemos afectados por su victoria o derrota.
Recordamos hace ya muchos años cuando aparecida la disruptiva palabra de fascismo, ya fuera de izquierdas o derechas sin distinción, donde su primer principio es el control de los medios. Esa consideración de pseudomedios, a aquellos que no son de la cuerda del Gobierno, no hace mostrar que quien algo teme algo debe.
Si estamos en democracia, el principio primordial es la libertad, pero cuando los estamentos están coaccionados, como el poder judicial, fiscales y demás, no es otra cosa que acercarse más a un fascismo coartando las libertades individuales y ahí con la Constitución hemos topado. Se está creando un caldo de cultivo con un olor parafraseando al ministro Oscar Puente “un saco de mierda” y cuando algo está podrido lo mejor es quitarlo del medio.
Este país es más que sus gobernantes, más que este juego de trileros con nuestros votos, por lo que los españoles debemos despertar del letargo en el que vivimos y defender el país para alcanzar unas políticas por y para todos, sobre todo volver a las libertades que tanto nos costó alcanzar.