La sede del partido de Izquierda Unida de Peñarroya-Pueblonuevo acogió el Jueves, 11 de Abril, dentro de su programación para esta semana, con la que empezó el pasado Lunes 8 de Abril, con el izado de la bandera republicana que transcurrió dicho izado con el sonido del “Himno de Riego”, conmemorando sobre todo a la II República. Esa tarde, concretamente a las 20:00 horas, se iniciaba una amena y extensiva «Mesa Redonda» donde dio lugar al segundo acto de este abril republicano. Se presenciaría a una Charla-Coloquio, para honrar y a la misma vez recitar algunos poemas del poeta nacido en Orihuela (Alicante), Miguel Hernández, el 30 de octubre de 1910. Como de todos es sabido Miguel Hernández fue un poeta republicano, criado en una familia de ganaderos y formado intelectualmente por la iglesia católica, a través de un párroco que le cedió folios y una máquina de escribir, a la misma vez encargarse de publicarle su primera obra de poemas, en el año 1933 “Perito en lunas”. Su peregrinaje, en su corta pero intensa vida, fue defender a la clase trabajadora y defender una república, -que pese a quien le pese-, fue obtenida de manera limpia y legal. Este poeta alicantino, se defendía del enemigo, es decir, del bando nacional, con su mejor arma, que no era un fúsil, sino, la pluma. Esa pluma reflejada en sus poemas, alentado a los suyos, el frente popular, a luchar y a combatir, sus ideales, de forma de que no se impusiera, durante la guerra civil, lo que vino después, una dictadura franquista, que nos duró cuarenta años, pero en la actualidad, siguen rescoldos de aquellos hombres, que defendiendo, a este dictador y que se esconden debajo, de una sigla política, para traernos un sometimiento no solo ideológico, sino físico, de un solo género, a la misma vez de fomentar y sembrar, el odio, el racismo y una falta de empatía ante personas, desvalidas e impedidas de unas capacidades intelectuales, como también, sea así decirlo, ya de paso, también por sus orientaciones sexuales.
Este buen hombre, de causas nobles, como también exaltó su figura Pedro Ángel Cabrera, Coordinador Local y Comarcal y concejal de Izquierda Unida, durante todas sus intervenciones de la Charla-Coloquio, donde participó y pudo intervenir, todo aquel o aquella, que quisiera decir algo, o exponer alguna temática sobre Miguel Hernández. También intervino, aportando datos e información detallada, como así lo hiciese también Pedro Ángel Cabrera, la Concejala de Igualdad y Diversidad y Memoria Democrática del actual Equipo de Gobierno local, del partido socialista, del Excelentísimo Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, María Ángeles Pozuelo. Durante su intervención, expuso, que Miguel Hernández estuvo en trece cárceles, donde fue torturado, y por cada cárcel que ocupaba, le ponían una banderilla, hasta completar a treces. También en su alocución, dijo, que fue enterrado con los píes por delante, como los sacerdotes, porque, de aquella forma, estaba más cerca de la cruz de dios y de las puertas del cielo. Hay que decir, que Miguel Hernández, fue detenido, durante la guerra civil, donde estaba en busca de su exilio en Portugal, pero sin apenas recursos económicos, tuvo que vender un reloj de oro que le había regalado el poeta Vicente Aleixandre, que, junto a Miguel Hernández, y otros poetas como Rafael Alberti o Federico García Lorca, formaban la alianza intelectual de la generación del 27, y que cuyo joyero, al que le vendió el reloj de oro, lo delató, en Portugal, a treinta kilómetros de la frontera con España. Fue llevado, a la cárcel de Huelva, donde allí fue el inicio de su estrepitoso y calamitoso torturamiento.
En sus últimos años de vida, ya que a las continuas “perrerías”, que le hacían en la cárcel, ya que Miguel Hernández, tenía un hijo, “Manolillo”, fruto de su relación con Josefina Manresa. En eso últimos años de vida, por no decir, los últimos instantes, enfermo, tanto, de tuberculosis y tifus, causa de su muerte, causado también sea dicho, por la tortura, como así la falta de la medicina que le hacía falta para curar o paliar su enfermedad. Sin apenas lucidez y salirse la voz del cuerpo, se casó con Josefina Manresa, en presencia de su hijo, y un compañero celda, esos fueron los únicos testigos de la boda, en la cárcel, y como el quería, por lo civil, veinticuatros días antes de morir. Ya que desde tiempos de su experiencia con el párroco que conocía, y con el clero, sacó en unos de sus poemas, todo lo oscurantismo que guarda la Iglesia Católica, donde el cura del pueblo se “cepilla a las mujeres”. O el poema dedicada a su hijo “Manolillo”, “Nanas de la Cebolla”, o “Rosario, Dinamitera”, o el poema más sobresaliente de Miguel Hernández, “Vientos del pueblo me llevan”, todos y otros poemas se leyeron de Miguel Hernández, durante el transcurso de la Charla-Coloquio, donde el poema más sentimental y más naife, vino de parte, del hijo, de la concejal de Izquierda Unida, Paloma Nogales, Hugo, donde leyó un poema bien entonando y recitado por este chico, que con su personalidad única e independiente, como, su carácter, afable y juvenil, recitó un poema dedicado a los jóvenes, titulada “La eterna Juventud”. Tras pasar solo, veinticuatro días, Miguel Hernández, murió un sábado de pasión, el 28 de marzo de 1942, a los 31 años, en la cárcel de Alicante.
Sus ojos, llenos de tensión, porque murió con los ojos abiertos y en tensión, que tal tensión, era incapaces de cerrarle sus ojos. Y en cuyo funeral que le hicieron en la Iglesia de Alicante, que él, no hubiese querido que se celebrará en aquel lugar, se celebró su entierro, tras empecinamiento de aquellos que, a golpes de material logístico militar, que le ofrecían las grandes potencias aliadas a el golpista, Francisco Franco, como Alemania o Estados Unidos, como otros países también unidos al felón más terrible de la historia de España. Así transcurrió una tarde, donde se ensalzó, la vida, tanto personal, como poemarios, de Miguel Hernández, un poeta infravalorado, si lo comparamos con otros poetas, más mediáticos, como el granadino Federico García Lorca. Un 11 de abril, para rendirle, a este sí, pleitesía, al poeta de los Republicanos. ¡Miguel Hernández In Memoriam!
