Publicado el 17 de Mayo de 2023, Miércoles
Opinión -
Mucho se habla acerca de los
beneficios e importancia del salario emocional como recompensa al trabajo bien
realizado. Existen opiniones que están en contra de las acciones que componen
el salario emocional o, dicho de otra forma, de todo lo que no sea recompensar
el esfuerzo desde el punto de vista económico.
A raíz de este debate, en empleorecursos.es queremos
reflexionar sobre las diferentes formas de recompensar el trabajo que utilizan
las empresas, como son las puramente económicas y las que no, dónde se
encuadran las emocionales.
Poder motivacional de las
recompensas
Es indudable que cuando nos dan
algo por nuestro esfuerzo siempre nos motiva a mejorar y actuar (si lo que
recibimos lo consideramos equitativo a nuestro esfuerzo realizado). Por ello,
recompensar desde un punto de vista monetario (o económicas) o no monetario
(flexibilidad laboral, días libres, etc.) son técnicas cada vez más usadas por
las organizaciones.
Los objetivos de las recompensas
en el ámbito empresarial pueden ser varios, pero a partir de nuestra
experiencia laboral coordinando departamentos de desarrollo del talento en
entornos internacionales podemos afirmar que tienen un doble propósito. Por un
lado, fidelizar el talento;
mientras que por otro, motivar a las y los trabajadores para que mejoren su desempeño.
Dentro de este contexto, existen
una serie de factores que determinan la eficacia de las recompensas, como son:
· Frecuencia
Muchas empresas recompensan una
vez al año (suele coincidir con la evaluación anual del desempeño), siendo
generalmente de tipo económico. Sin embargo, se ha demostrado que, si pensamos
en establecer una cultura de
recompensa, ésta se debe manifestar en el ambiente
laboral, por lo que se pueden utilizar medias no económicas para reconocer el
trabajo, tales como “regalos” por pequeños logros, por ejemplo.
· Adaptar las recompensas
Las recompensas deben ser
iguales, pero no genéricas, es decir, no vale el café para todas/os, ya que a
todas las personas no nos motivan las mismas cosas., por lo que reconocer con
medidas específicas y adaptadas a cada trabajador/a ayudará a su nivel de
motivación.
Recompensas no monetarias
Llegados a este punto, es común
que el área de gestión del talento se plantee usar recompensas no monetarias de
manera más frecuente que las económicas, por lo que éstas últimas
conllevan.
El éxito de estas medidas se
centra en la evidencia de que solemos repetir determinados comportamientos o
conductas cuando obtenemos resultados positivos, por lo que si recibimos por
nuestro trabajo una serie de beneficios, es más probable que estemos
comprometidas/os con objetivos específicos y alcanzables de manera.
Somos de la opinión que estas
recompensas para obtener el mayor éxito den su aplicación, deben ir asociadas
al desarrollo profesional de las y los trabajadores, por lo que serían medidas
tales como trabajar con objetivos de desarrollo a medio y largo plazo, a la vez
que se da la oportunidad para ponerlos en marcha, así como fijar un plan de
promoción laboral dentro de la organización.
Además, es muy común en
determinados sectores que se ofrezca a las y los empleados beneficios como
complemento del salario económico, tales como seguro médico privado, tickets
restaurante, teletrabajo, día libre por tu
cumpleaños, descuentos en establecimientos comerciales, etc.
¿Cuál es el mejor modo de
recompensar?
No existe una respuesta única a la
anterior pregunta, sino que estará en función de las características concretas
de la que se trate. Sin embargo, existen una serie de cuestiones que es
necesario tener en cuenta como son, definir los objetivos que se pretenden
conseguir con la recompensa, establecer recompensas justas que se basen en los
comportamientos adecuados, mantener el equilibrio entre las recompensas
monetarias y no monetarias, basar las medidas a alcanzar en objetivos realistas
y alcanzables, y sobre todo, tener en cuenta los intereses de las personas a la
que se dirigen.
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