Carlos Ramirez

Opinión -

Este concepto, aglutina tanto, pero da lugar a grandes reacciones; porque lo primordial es proteger la integridad de la persona y sobre todo de las mujeres. Someter a un individuo, no hace ir contra la voluntad del individuo sino contra la ética y moral, y sobre todo el civismo natural de una sociedad sana.

Podría ser perfecta sino criminalizara a todos los hombres por el hecho de nacer varón, podría ser perfecta, sino se hiciera sin un halo de influencia de signo político o simplemente aglutinar a todos los expertos, que puedan hacer una ley que permite proteger a todos como tal indica en nuestra Carta Magna.

Las modificaciones de la nueva ley, a nivel jurídico estamos comprobando que no mejora la ley del 1995, ya que el consentimiento para relaciones sexuales ya venía recogidos y penados en el Código penal de 1882 en nuestro país, por lo que ahora no vengan a indicarnos que han establecido nuevos principios, cuando en los pasados siglos ya estaba perseguido y penado.

Por otra parte, debemos destacar que el “hermana yo si te creo “y la presunción de inocencia, no se ve afectada ya que en la Constitución en su artículo 24 establece este principio, aunque a nivel social y mediático ya sea condenada una persona. Realizar una nueva ley usando el “ceteris paribus” (permaneciendo el resto constante), no mirando todas las variables con la famosa ley y de lugar a reducción de penas, pero esto solo ocurre cuando los políticos juegan a ser juristas.

Esta ley ha sido un chasco, porque se ha hecho mirando para un lado, hecho por politiquillos de 3 al 4 y más alargando las tragaderas a los socios de Gobierno socialistas, porque no olvidemos que sin ellos se van fuera. Este país necesita mayor preparación política, mas beneficio social y menos redito político, pero ya conocemos que como hablemos nos quitan el calentito sillón.