Nacho Valbuena

Opinión -

Concha Velasco es una chica de Valladolid que ha cumplido su sueño de ser artista. Comenzó como bailarina, pero muy pronto destacó en la gran pantalla, y a los 19 años se convirtió en la novia de España gracias a Las chicas de la Cruz Roja, que la emparejó por primera vez con Tony Leblanc, con quien trabajaría en cinco películas más. Otra de sus grandes parejas de cine fue Manolo Escobar. En los 60 fue la indiscutible chica ye-ye del mundo del espectáculo nacional.

A partir de la década de los 70 inicia una interesante transición hacia la madurez con papeles en Tormento y Pim, Pam, Pum… ¡fuego!, del director Pedro Olea. Versátil como pocas, también triunfa en el teatro como musa de Antonio Gala y estrella del musical con títulos como Filomena Marturano, Yo me bajo en la próxima ¿y usted? y Buenas noches, madre, junto a Mary Carrillo. Últimamente ha triunfado con el clásico de Eurípides Hécuba. En televisión también ha destacado: actriz en series como Herederos, Motivos personales y Gran Hotel, y como presentadora de espacios como Sorpresa, sorpresa y Cine de barrio.

Se casó con el actor y productor Paco Marsó, padre de sus dos hijos, Manuel y Paco, del que se divorció en 2005. En 2012 ganó el Goya de Honor por toda su carrera. En mayo de 2014 anunció que padecía un cáncer linfático, del que ya se recupera.

Hace apenas unas horas conocíamos que Concha Velasco ha sufrido un revés de salud. La actriz, de 82 años, vive actualmente en una residencia de ancianos a las afueras de Madrid. El pasado lunes tuvo que ser trasladada a un centro hospitalario debido a un susto. Por suerte, la veterana artista se encuentra fuera de peligro.