Carlos Ramirez

Opinión -

Una moneda como la verdad dispone de dos caras y si nos apuramos existen el 33% de cada una de las partes y otra la de la realidad o la del canto de la misma, al fin al cabo la vida se puede mirar así, ante un comentario existen varias versiones la de una parte , la de la otra y lo que realmente pasó, al fin y al cabo no debe, categorizarse en ciertos aspectos en la vida. Con ello quiero decir que la igualdad, es hacer todos iguales no desprestigiar o desfavorecer a unos para favorecer a otros , y con ello quiero introducir el tema de la igualdad entre los hombres y mujeres.

La igualdad, es un detalle que debemos luchar cada individuo en su entorno pero sin caer en la discriminación positiva, que ciertos partidos políticos quieren meter con calzador, ya sea con lenguaje ( mal empleado) inclusivo o con políticas que se presuponen igualitarias y discriminan hacia un lado u otro.

Los techos de cristal, en ocasiones , seguimos viviendolos por desgracia en algunos estamentos, pero si quiero reflexionar sobre ello, para muchos jefa o jefe le es indiferente , porque a pesar del sexo, tiene ante su presencia a un profesional, con ello quiero recalcar que la profesionalidad y la calidad laboral no esta reñida con el sexo, sino con capacidades y competencias que le han llevado a desempeñar excelentemente un puesto de trabajo.

Respecto al manido tema de la violencia, la violencia tampoco tiene género, hablamos de gente mala o buena, gente con ética o sin ella, hablamos de sociopatas o psicópatas, no de un hombre o una mujer. Por desgracia, hay de todo en la viña del Señor, viviendo en los últimos días la maldad focalizada en un padre que se deshace de parte de si mismo, sus pequeñas; detalle que nada más pensarlo se te rompe el corazón, trayéndonos a la memoria al pequeño Gabriel, que a manos de la persona más cercana al padre de la criatura, cometió otro acto atroz. Reitero no hablamos de mujer u hombre, hablamos de asesinos y asesinas.

La sociedad ha cambiado, y debemos seguir luchando por una igualdad real entre todos, ya lo dice la Constitución, sin ser algo baladí, desde la aulas sin adoctrinamiento, desde los medios sin influencia política ni líneas editoriales, ya que así será lo que nos dimos hace años los españoles comprometidos con nuestra ley Magna